Las reseñas de quienes han tenido el placer de apreciar las obras.
Il mondo fenomenico di Piccinno è quello del “velo di Maya” di Arthur Schopenhauer, manifestandosi attraverso forme a priori di spazio, tempo e causalità che sono altro rispetto alla realtà in sé, esprimibile dal “noumeno”. Tali forme sono inganni, espressione di una vita simile a un sogno. [...] Piccinno si interroga sulla vera realtà, non sull’apparenza illusoria, squarcia “il velo di Maya”, va oltre le illusioni fenomeniche, punta sulla volontà (l’unica vera essenza dell’uomo), rimanendo,
però, cosciente - come del resto Schopenhauer - che «la condizione esistenziale umana sia come un pendolo che oscilla tra il dolore e la noia, passando attraverso il breve intervallo del piacere». Piccinno – secondo la concezione del filosofo tedesco – possiede uno sguardo atto a penetrare nell’interno del mondo e a coglierne l’essenziale. Cerca di pervenire alla verità, come il Premio Nobel, Eugenio Montale (1896-1981) attraverso “il varco” (“il fantasma che ti salva ” di “In limine” del 1924), l’infinito dei tagli di Lucio Fontana.
Las telas de Piccinno dejan intuir un modo propio de posicionarse ante la realidad entendida como nueva tendencia figurativa, con una disposición emocional que le permite hacer un homenaje a las formas y a la vida, a las cosas al mismo tiempo inmediatas y fantásticas, lejos de algunos modeles esquemáticos y mistificadores de los cuales mucha arte contemporanea parece viciada.
Por esta riqueza y plenitud representativa la mirada del lector puede encontrarse con la del autor, también él libre de esquemas preconstituidos. Esta visión del mundo objetivo se traduce en una frecuente bùsqueda de un lenguaje auténtico, bùsqueda que se advierte en sus figuras realizadas con interesantes extensiones espaciales. Encanto de color puro, sincero y espontáneo.
El elemento que más atrae al artista es un mundo fantástico: hombres, mujeres, figuras de muchachos y paisajes cromáticos-espaciales que llegan a ser fuentes fecundas de inspiración. Giorgio Piccinno frecuentemente propone la cuestión de la feminilidad de la mujer. Su bùsqueda empieza con la mujer ninfa a la cual el plan de la creación le confiere feminidad-sensualidad-divinización y mimetismo; esa profunda sensación de angustia en las caras marca el signo de una historia perdida replegada a las sinuosidades de las formas. La ninfa extiende su sensualidad a través de la luz, al paisaje, a los tonos del color. Sin embargo, Giorgio Piccinno prefiere permanecer en un discurso previo; parece que él quiere poner un lìmite a los problemas más allá de los cuales el lector sabrá continuar solo, si la bùsqueda de las formas y el color sedoso no lo seducen definitivamente...
La producción artìstica de Giorgio Piccinno… es la obra de un joven que en el instante en que siente, expresa con extrema rapidez, pero con impecable precisión de perspectiva y de contenido…
El Piccinno ha considerado oportuno unir a la experiencia pictórica y escultórica aquella gráfica y calcográfica para una ulterior totalidad temática y técnica. El presupuesto semiológico, el encanto del signo, perpetran lo “status quo ante” de un mundo tecnologicamente avanzado.. El mismo uso de la incisión, el aguafuerte y el aguatinta, lo implican en un crear artesanal como una tradicional investidura de “autor de huellas gráficas”, donde todo es controlado y ponderado con razocinio: desde la preparación del matriz de metal hasta la distribución de la pez griega o del betùn de Judea o del cloruro de sodio, hasta los varios mordidos para los efectos de claro-oscuro pasando por la limpieza de la lamina llegan a la fase ùltima que es la imprenta.
Notas de melancolìa y afligida participación invaden los paisajes y los dibujos de china… Tambièn esos se revelan elementos de refugio y de alienación del cotidiano neuròtico y ruidoso que, se difunde, se pontifica en la mente del usuario y llegan a ser lo “no dicho”, lo “callado”, lo “sovrentendido”.
Giorgio Piccinno realiza una pintura libre, que sume a las masas en una atmósfera de luz clara, revelando también originalidad inventiva en las figuraciones. De toda manera, no obstante él obre la lìnea de la tradición figurativa, sus temas preferidos están cargados de motivos psicológicos y están sostenidos por una buena técnica de dibujo, junto a un abundante colorismo. Sus obras, por consiguiente, son de gran interés y por la ejecución técnica y formal.
Es siempre motivo de satisfacción seguir las etapas por medio de las cuales se afirma y se reconoce el artista del cual se habian ya individuado las señales premonitorias durante el periodo de formación en la Academia de Bellas Artes.
¡Tiempos pasados, de aprendizaje cierto! Ya en aquel tiempo emergìa el empeño ansioso de ahondar y de encontrar una autonomìa compositiva y cromática. Ahora veo con mucho gusto que has descubierto una relación estimulante y vital con la realidad que se sustancia de valores plásticos acentuados y exaltados en el color. Tu manera de ver la realidad, la naturaleza, no es descriptiva, sino que está formada de presencias evidentes y concretas en la colocación espacial y, aùn asì, inquietantes y misteriosas en las combinaciones. Quizás es este el carácter más original de tu pintura, por lo que a menudo, propio una presencia inesperada y dirìa casi una fuerza institiva, visualiza el maravilloso y atrayente sentido de la naturaleza.
Los temas de tus pinturas: la figura humana, la encabritada de un caballo, la capacidad pictórica del paisaje, no se manifestan solo como realidad concreta y tangible, sino que reenvian a una realidad menos epidérmica, en la exigencia de liberar el alma, el soplo vital que provoca desde los recónditos inaccesibles de la naturaleza, pero sin desatender el rigor, la sobriedad, el control de los medios compositivos …